Artrosis de Cadera

Como regla general, los extremos de los huesos que conforman una articulación están recubiertos de cartílago articular, un tejido suave y lubricado que permite un movimiento con el mínimo de fricción entre los 2 huesos y sin dolor. La osteoartrosis o artrosis es una condición patológica en la cual el cartílago es degradado y reabsorbido produciendo una exposición del hueso debajo del mismo y un movimiento por consiguiente doloroso de la articulación.

En el caso específico de la cadera, la articulación que une el muslo y la pelvis, los extremos óseos que la conforman son el extremo superior esférico del fémur o cabeza femoral y el acetábulo de forma cóncava en la pelvis (Fig de la anatomía de la cadera y dibujo de artrosis de cadera). Cuando se produce un compromiso de la cadera, en la mayoría de los casos no es posible identificar una causa para el daño del cartílago y ocurre lo que llamamos una artrosis primaria que no es más que asumir una enfermedad del cartílago articular sin causa externa alguna. En un grupo menor de pacientes es posible identificar una condición causante del daño y hablamos entonces de artrosis secundaria. Entre estas causas vale la pena mencionar las alteraciones anatómicas del desarrollo  que incluyen displasia del desarrollo de la cadera, enfermedad de Perthes, deslizamiento epifisiario de la cadera o pinzamiento femoroacetabular, otras condiciones asociadas al daño articular de la cadera son traumatismos, necrosis avascular de la cadera, artritis reumatoidea, otras artritis e infecciones.

Como se explicó antes,  una vez perdido el cartílago articular se  pondrá en contacto el hueso del fémur con el de la pelvis, lo cual es naturalmente doloroso.

La artrosis de la cadera se manifiesta primordialmente por dolor en la ingle  que se irradia hacia el muslo, sin embargo en algunos pacientes este dolor podría irradiarse a la región lateral de la pelvis o la región glútea (fig. paciente señalando el sitio del dolor).    Este dolor tiende a ser más intenso luego de caminatas prolongadas o al levantarse e iniciar la marcha luego de permanecer sentado durante largos periodos. Adicionalmente suele ser incomodo durante las noches o al subir o bajar escaleras. Por la naturaleza degenerativa de la osteoartrosis estos sóntomas tienden a ser cada vez más intensos limitando de manera progresiva la capacidad funcional del paciente.

Además de la historia de dolor en las localizaciones antes descritas, el diagnóstico de la artrosis de cadera tiene dos componentes principales, el  exámen del paciente y las ayudas diagnósticas.

Al examinar la cadera, se encontrara dolor con algunos movimientos de la misma y pérdida de la capacidad de realizar algunos movimientos. Es necesario durante este examen explorar alteraciones musculares que puedan causar el dolor y determinar si existen diferencias de longitud de las extermidades inferiores. Esto podría ser ocasionado bien por enfermedades de la infancia o bien por pérdida ósea, producto de artrosis avanzadas (Figura de exámen de la cadera).

En la mayoría de los pacientes una radiografía simple será suficiente para confirmar el diagnóstico de artrosis de la cadera. Este exámen  revelará disminución del espacio articular, quistes alrededor de la articulación y formación de espolones óseos, tambien llamaos osteofitos en los bordes de la cabeza del fémur y el acetabulo (figura de radiografía con artrosis).

En algunos casos exámenes adicionales como resonancia magnética de la cadera o tomografía axial computarizada pueden ser necesarios para investigar otras causas de dolor, aclarar alteraciones anatómicas o ayudar en el planeamiento preoperatorio de la cirugía.

Una vez confirmado el diagnóstico de artrosis de la cadera, no existe en la actualidad tratamiento médico alguno que haya demostrado detener el daño del cartílago articular y aún menos regenerar aquel que ya se ha perdido. De esta manera, la mayoría de los tratamientos  no quirúrgicos en artrosis de cadera están encaminados  a mejorar temporalmente el dolor producido por la enfermedad. Vale la pena mencionar dentro de estos tratamientos los cambios del estilo de vida, los medicamentos analgésicos y anti-inflamatorios y aquellos agentes que han sido propuestos como  protectores del cartilago articular o condroprotectores.

Todos los tratamientos farmacológicos aquí propuestos tienen indicaciones precisas, beneficios  y riesgos potenciales, de manera que su uso apropiado debe ser prescrito por un profesional de la salud.

Cambios en el estilo de vida

Algunos pacientes pueden presentar disminución del dolor perdiendo peso cuando tengan exceso del mismo o asumiendo rutinas de ejercicio suave que mantengan las articulaciones en movimiento. Adicionalmente a estas recomendaciones, modificar algunas actividades que produzcan dolor puede ser beneficioso. No es recomendable suprimir actividades importantes de la vida diaria para evitar dolor, si estas actividades se vuelven dolorosas es necesario implementar otro tipo de tratamiento.

Analgésicos y antinflamatorios

Algunos medicamentos cuya función es la inhibición de las sustancias que producen la inflamación y el dolor durante la artrosis, han demostrado mejorar los síntomas de manera transitoria pero efectiva en estadios iniciales de la enfermedad. En estadios avanzados, los antinflamatorios  pueden no ser suficientes para mejorar el dolor o bien podrían ser necesarios en tal cantidad que produzcan alteraciones en el estómago como gastritis o úlceras. Cuando los antinflamatorios no son suficientes o cuando es necesario administrarlos todos los días es necesario empezar a considerar la necesidad de manejo de la artrosis con cirugía.

Un medicamento adicional, la diacereina, ha demostrado producir mejoría del dolor y la función en múltiples estudios, y es una buena alternativa para el manejo de los síntomas en pacientes jovenes.

Inyección intrarticular de corticoides

Una buena alternativa para el manejo temporal del dolor es la inyección de corticoides dentro de la cadera. En una proporción importante de pacientes producirá mejoría de los síntomas durante al menos 3 semanas. No se espera una mejoría sostenida en el tiempo con este procedimiento y su aplicación repetida ha sido cuestionada ya que se ha asociado a aumento en el riesgo de infección en procedimientos posteriores.

Protectores del cartilago articular

En este grupo se ha tratado de promover el uso de algunos medicamentos con el beneficio teórico de mejorar la estructura del cartilago articular y de esta manera, al menos retardar su daño.

Glucosamina – condroitin sulfato

Estas dos sustancias que pueden ser encontradas de manera natural en las células del cartílago articular o alrededor de ellas han sido ampliamente utilizadas en un intento por detener la progresión de la artrosis especialmente en la cadera y la rodilla. La primera de ellas, glucosamina es un azúcar que se encuentra en muchos tejidos de sosten del cuerpo humano. La segunda, el condroitin sulfato, es un compuesto que ayuda al cartílago articular a retener el agua en su interior.

La administración de estos dos compuestos ha demostrado disminuir los síntomas en pacientes con estadios moderados  de osteoartrosis. Los pacientes sin síntomas o pacientes con artrosis severa no se beneficiarían de este tratamiento.  Adicionalmente a lo anterior no han demostrado estos suplementos nutricionales retardar el daño del cartílago articular durante la osteoartrosis.

Por todo lo anterior, es posible concluir que el beneficio del uso de glucosamina /condroitin sulfato está dado por el alivio parcial de los síntomas y no por su protección del cartílago articular.

Viscosuplementación

La inyección de acido hialurónico o sustancias similares en la cadera, con el propósito de mejorar la mecánica de la articulación y de esta manera proteger el cartílago articular ha sido propuesta como una alternativa temporal que podría demorar la necesidad de un tratamiento quirúrgico.

Este tratamiento  ha mostrado resultados variables en la cadera, demostrando mejoría de los síntomas que va desde unos pocos días  hasta varios meses y su beneficio parece ser mas claro en estadíos tempranos de la enfermedad cuando los síntomas son menos molestos y su indicación por lo tanto es menos evidente. Por otro lado, su efecto disminuyendo el daño del cartílago articular aun no ha sido demostrado a pesar de múltiples estudios.

En conclusión, la viscosuplementación tiene un espacio limitado en el tratamiento sintomático de la artrosis de cadera.

Procedimientos biológicos

Algunos compuestos biológicos como las células madre o el plasma rico en plaquetas están siendo estudiados con el objeto de producir regeneración del cartílago articular, sin embargo el beneficio demostrado hasta el momento no va más allá de la mejoría temporal de los síntomas. Dado que aún es poco lo que se sabe en relación con sus beneficios en osteoartrosis, su uso clínico debe estar limitado a escenarios experimentales por el momento.

Tratamiento quirúrgico

Una vez la artrosis se encuentra en un estado avanzado y los tratamientos médicos han fallado en devolverle al individuo la calidad de vida, es necesario considerar la necesidad de cirugías que alivien los síntomas y  devuelvan la función a la articulación.

En la actualidad, el procedimiento más predecible para aliviar los síntomas y devolver la función al paciente con artrosis avanzada de la cadera es el reemplazo total de la cadera. Sus altas tasas de éxito y rápida rehabilitación, han hecho que el reemplazo de cadera se posicione como el estándar de oro para el tratamiento de estos pacientes.

En pacientes jóvenes con estadíos iniciales de artrosis y causas anatómicas bien identificadas las osteotomías, o correcciones anatómicas realizadas por via artroscópica o abierta podrían mostrar beneficios en términos de mejoría de dolor y función a largo plazo (figura osteotomia de pelvis). Sin embargo, una vez la artrosis ha progresado a moderada o severa, estas alternativas pierden utilidad y sus resultados son desalentadores.

En resumen, en estados avanzados de la enfermedad y una vez el tratamiento médico ha sido intentado, el reemplazo total de la cadera es el tratamiento quirúrgico de elección.

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